domingo, 31 de julio de 2011

Bodega Renacer lanzó su aplicación para iPad, iPod touch y iPhone

La aplicación ya está disponible para descargar en forma gratuita en atunes e incluye información sobre la bodega, sus vinos, maridaje de comidas y vinos, recetas, una calculadora de porciones y de tiempo de cocción. Como parte de su estrategia de marketing, Bodega Renacer ha desarrollado una herramienta para comunicarse con sus consumidores alrededor del mundo.“Estamos muy contentos con esta nueva aplicación que permitirá a miles de consumidores a lo largo del mundo seguir las noticias de nuestra bodega, realizar maridajes de nuestros vinos, poder descargar recetas elaboradas por chefs de trayectoria, mirar galerías de fotos y muchas cosas más. Renacer quiere ser un referente en innovación y sabemos que hoy nuestros consumidores usan nuevos medios para informarse, sobre todo medios online. En esta línea, creemos que la nueva aplicación será un gran avance en la comunicación directa entre la bodega y nuestros seguidores”, dijo Patricio Reich, Marketing Director de Bodega Renacer.

Algunas de las funcionalidades que tiene:
• Información de la bodega: incluyendo una galería de fotos y formulario de contacto.
• Información de los vinos de la bodega: incluye datos técnicos, notas de cata y comentarios de la prensa especializada.
• Recetas y maridaje con los vinos: las recetas serán actualizadas por temporadas y muchas son típicamente argentinas.
• Alimenos y maridaje con los vinos de Bodega Renacer.
• Calculadora de porciones: permite calcular cuánta carne (en caso de un asado) o de otros productos deben comprarse para ser un perfecto anfitrión de una reunión social.
• Calculadora de tiempo de cocción: ideal para saber cuánto tiempo se requiere para asar la carne apropiadamente.
El concepto y contenido de esta aplicación fue un proyecto conjunto entre Bodega Renacer y Winebow (el importador en Estados Unidos de la bodega) y ya puede descargarse gratuitamente via ipad, ipod Touch and iphone aquí: ITunes

De acuerdo con Winebow, su meta fue construir una app que fuera mucho más lejos de la información básica de la bodega y le diera a los consumidores y demás personas que lo descargaran una herramienta útil que pudiera ser utilizada repetidamente. Además, su objetivo por supuesto también era educar sobre la bodega y los vinos y un poco sobre la cultura argentina y su estilo de vida, a través de la comida, específicamente el asado.

Aplicación Gratuita
Categoría: Lifestyle
Fecha de Presentación: Jul 20, 2011
Versión: 1.0
Tamaño: 9.6 MB
Idioma: Inglés
Vendedor: Rebekah Gunderson © Winebow, Inc.
Debe ser mayor de 17 años para bajar esta aplicación.

martes, 26 de julio de 2011

San Juan se prepara para la evaluación anual de sus vinos

Las bodegas interesadas en participar de la XV edición de este certamen tienen plazo hasta el viernes para la presentación de las muestras. El 8 de agosto está previsto el comienzo de la evaluación. La décimo quinta edición de la Evaluación de Vinos de San Juan (EVISAN) está a punto de comenzar. Por esa razón, desde el comité organizador del encuentro advirtieron a las bodegas que deseen participar del certamen que ya es conocido a nivel internacional, tienen tiempo de presentar sus muestras hasta el próximo viernes 29, en la sede del Consejo Profesional de Enólogos.

Desde la Universidad Católica de Cuyo recordaron que para la participación, cada bodega deberá presentar las muestras que desee indicando aquella para la cual solicita, además de la evaluación técnica, la prueba hedónica. Cada muestra constará de seis botellas de 750 cc. sin rotular para cada tipo de prueba a realizar. La identificación de las muestras será realizada solamente en las cajas para asegurar el anonimato de las mismas. Asimismo, desde la Universidad Católica de Cuyo, como organizadora del encuentro, señalaron que el comienzo de las degustaciones técnicas está previsto para el 8 de agosto y que las evaluaciones hedónicas se realizarán en el mismo periodo. También advirtieron que iniciadas las catas técnicas no se recibirán nuevas muestras.

La Degustación Dirigida final, donde se darán a conocer los resultados generales y se degustarán los diez vinos de mayor puntaje, será el 27 de agosto en el Salón de Usos Múltiples de la Universidad Católica de Cuyo, a partir de las 10 horas. Vale recordar que las catas técnicas, a cargo de un panel de evaluadores conformado por profesionales del Consejo, Centro y de la Universidad, se realizarán para reflejar la calidad sensorial de los vinos sanjuaninos, evaluando la añada. Además, como se señaló anteriormente, este año la EVISAN incluirá también catas hedónicas previstas en supermercados y vinerías para consumidores sin formación y la degustación dirigida final donde se darán a conocer los resultados generales y serán degustados los diez vinos de mayor puntaje.

Fuente: El Zonda.

lunes, 25 de julio de 2011

ALEJANDRO BIANCHI PRESENTO SU PROYECTO MI VIÑA BIO

Alejandro Bianchi, uno de los más creativos y activos bodegueros argentinos reunió en el restaurant Kensho a un grupo de periodistas para hacerles conocer su nuevo proyecto llamado Mi Viña Bio. Durante estos últimos años Ale estuvo muy metido en el tema de los productos orgánicos y estudiando el método biodinámico de Rudolf Steiner y decidió trabajar sus viñedos de San Rafael usando sus postul

A partir de ese momento llegó a la producción de sus vinos a los que bautizó Buenalma. La idea ahora es compartir el producido de la viña con quienes quieran participar de este proyecto. Los viñedos están divididos en dos cuadros que totalizan 6 hectáreas. Estos darán sus frutos a un total de 600 miembros cada uno con 30 plantas por hilera. Durante el 2011 se comercializarán 300 membresías, las siguientes serán lanzadas en el 2012 y más adelante se sumarían 400 más hasta llegar a un total de 1000 miembros compartiendo el producido del viñedo.

La membresía se negocia por un plazo de 3 años. El valor actual de la membresía por este período es de USD 1.000, con la posibilidad de renovarla por tres años más. Adicionalmente, cada año el miembro pagará 72 botellas de vino Buenalma -que es el producido de sus 30 plantas al 50% del valor retail (valor estimado en USD 1000)-, por lo que el primer año tendrá que pagar USD 2000, el segundo año USD 1000 y el tercer año USD 1000 (precios ajustados en relación a la variación del precio retail).

Claro que además de poder beber los vinos de Mi Viña Bio los miembros formarán parte del proceso de elaboración del vino de la primera viña biodinámica de Mendoza. Tendrán derecho al “producido” de la hilera de 30 plantas que lleva su nombre. También podrán participar en vivo de los procesos de la finca y seguir las aplicaciones biodinámicas mediante cámaras web instaladas en la propiedad, tendrán derecho al uso del exclusivo Lodge de vinos para dos personas durante cuatro días, para conocer y/o participar de las actividades del cuidado y atención de la finca y aplicar los métodos biodinámicos. Además, podrán visitar libremente el establecimiento de Finca Dinamia.

Asimismo, los miembros gozarán del derecho y compromiso de comprar 72 botellas de vino Buenalma personalizadas por cada año de suscripción al 50 % de su valor del precio de góndola sugerido a vinotecas (valor actual al suscriptor de 12 cajas de 6 botellas $ 4.068). La membresía ofrece también la posibilidad de tener acceso preferencial a diversas actividades outdoor que ofrece el entorno de San Rafael, como Cabalgatas, Rafting en el río Atuel, Navegación en el lago Los Reyunos, Pesca con mosca y Golf y el acceso a futuras charlas formativas sobre Agricultura Biodinámica.

La inauguración del Lodge de vinos está prevista para la primavera de 2012. El resto de los servicios estarán disponibles a partir de agosto 2011. De todas maneras, durante el tiempo de construcción del Lodge, los miembros de MVB, podrán visitar la Finca y tener la opción de alojarse en tres alternativas de hotelería a un costo preferencial: Cabañas en Cañón del Atuel. La Posta. Hotel Tower Inn & Suites de San Rafael y Estancia Los Álamos.

Los beneficios de este proyecto pueden sintetizarse en ser parte de la Primera Membresía de Viñas Biodinámicas de Latinoamérica, accediendo a un programa único que enriquece el conocimiento del cultivo de la tierra bajo métodos de una agricultura sustentable, con alto valor. Además de ser parte en la elaboración del vino, cada miembro estará colaborando en un proyecto generador de conciencia y en la construcción del primer centro de capacitación de Agricultura Biodinámica de Mendoza.

QUE PROBASTE ANOCHE TEMPRANILLO

Paz Levinson, mejor Sommelier de Argentina 2010 y miembro de la Asociación Argentina de Sommeliers, presenta en exclusiva sus cinco etiquetas recomendadas.

En esta oportunidad -en el marco de su columna "Escuelita de Vinos",  Levinson escogió al Tempranillo, una variedad que está ganando cada vez más adeptos en el mercado local.

Según la experta, esta uva "es una variedad que en climas moderados da vinos de estilo frutado, frutas rojas como frutillas, ciruela. La acidez puede ser levemente alta y sus taninos también. En climas calurosos el color del vino es más intenso y los aromas a frutas negras".

"Puede tener recuerdos de mermelada, acidez media y taninos marcados. Es una variedad que se lleva bien con el roble americano. Esto agrega aromas especiados de vainilla y otros como coco. Es la variedad más importante en España y en Argentina

A continuación, sus cinco destacados:

Latitud 33 Tempranillo 2010 - $26
Bodega Chandon

•Vino joven y frutado, uno de los mejores Latitud, el tempranillo es el varietal que se distingue año a año. En la nariz tiene mucha fruta roja y una leve nota tostada que acompaña la intensidad. Muy buena acidez en boca y taninos en medio de boca, es joven, frutado, equilibrado.



Urban Uco Tempranillo 2009 - $36

bodega O. Fournier

•Es un vino agradable, sin complicaciones e ideal para una copa al paso de mediodía. Su estilo es frutado y tostado, muestra a un tempranillo de La Consulta con mucha potencia de taninos. En la boca tiene una acidez equilibrada, sabores a fruta roja y leve especiado.


Fond de Cave Reserva Tempranillo 2007 - $65

Bodega Trapiche

•No deje solo en el estante del supermercado a este vino por ser de una variedad no del mainstream argentino. Este vino está para tomar y para ser elegido como una variante del siempre elegido Malbec. Los aromas son de fruta roja, como frutillas en confitura, algo leve de vainilla y especias dulces.


Año Cero Tempranillo 2010 - $75

Bodega Alto cedro

•Vino que demuestra la calidad y el potencial del tempranillo de Valle de Uco. Este producto da mucho más de lo que su precio indica. Es un vino con un muy buen balance fruta y madera, los taninos están marcados y se merecen un acompañamiento con carne roja o un buen queso de vaca de pasta dura. La acidez equilibrada con la fruta, el alcohol y la estructura de este vino.


Zuccardi Q Tempranillo 2007 - $140

Bodega Zuccardi

•Vino complejo y elegante con muchas capas de aromas: fruta roja en la nariz, algo de coco, vainilla, cuero, y terroso, tabaco. Taninos altos, marcados buena acidez, es un vino que se puede tomar hoy pero tiene potencial. Es un vino ideal para una carne de caza, una bondiola de jabalí por ejemplo con un puré de batatas o un cordero.

sábado, 16 de julio de 2011

HAY UN NEGOCIO DETRAS DE LOS PUNTAJES DE LOS VINOS?

Cada vez que un crítico como Robert Parker califica un vino con más de 90 puntos, pone a girar una rueda que eleva sus ventas en el acto. ¿Cómo funciona este sistema?
Karim Mussi era un enólogo poco conocido cuando en 2004 abrió en Mendoza su propia bodega: Altocedro. Tenía grandes expectativas de venta, pero pronto supo que no sería sencillo cumplirlas: por más que tuviera buenos vinos, no lograba colocarlos en el mercado. Hasta que un día, en 2008, su Malbec Reserva 2006 obtuvo una calificación de 90 puntos en una publicación extranjera especializada. Y de golpe todo cambió.

A partir de ese momento, los pedidos de su importador en Estados Unidos crecieron en forma automática y sus ventas se dispararon. Las 2000 cajas de Malbec Reserva que pensaba vender en un año y medio se despacharon en ocho meses. Su nombre empezó a figurar en los rankings de nuevos productores y comenzaron a llamarlo importadores de otros países. Todo, gracias a un simple puntaje.

El caso de Altocedro no es único entre las bodegas argentinas. Héctor Durigutti, Renacer, Lamadrid, Mendel y Melipal, son algunas de las que superaron la barrera de los 90 puntos en medios como Wine Spectator o Wine Advocate, y que se transformaron en hot wines de la noche a la mañana. El fenómeno no se ciñe únicamente a las bodegas locales. Lo mismo le ha sucedido a casas chilenas, australianas, españolas, incluso francesas.

La bendición de los medios especializados ha ayudado a cientos de bodegas a conquistar mercados y concretar ventas inmediatas, más allá del prestigio de las marcas. En ese sentido, el del vino es un mercado único: como en ningún otro, un buen o mal puntaje puede marcar el éxito o el fracaso de una etiqueta. Ni una película, ni un disco, ni un programa de televisión tienen su destino tan ligado a la opinión de un especialista, como una botella de tinto.

Detrás de este sistema, se esconde un negocio millonario que ha llevado a que una nariz sea asegurada por un millón de dólares y que el puntaje máximo de un vino asegure ventas por casi 10 millones. ¿Cómo construyeron semejante poder?

EL ABOGADO QUE TOMABA VINOS

Wine Spectator es una revista de lifestyle norteamericana que nació en 1976 en San Diego, California. Cada número –edita 14 por año, más una edición con los 100 mejores vinos del mundo- viene con un dossier de cata en el que sus principales degustadores ranquean entre 100 y 400 vinos por vez usando una escala de 0 a 100, que fue popularizada por su competidora, Wine Advocate, que vio la luz en 1978. Arrancó como una publicación bimestral, que llegó de improviso a diversos compradores de vino en el área de Baltimore y Washington. De inmediato llamó la atención del público por su novedosa forma de comentar vinos y en su primera edición consiguió renovar 600 suscripciones anuales.

De partida no tenía publicidad, no aceptaba muestras de cata y le ponía un puntaje a los vinos, como una forma simplificada de decir cuál valía la pena. La escala de 0 a 100 diferenciaba los buenos de los malos vinos con un criterio tan práctico como osado. Era algo que un granjero de Ohio podría comprender, sin que hiciera falta explicarle las diferencias entre un Primer Cru o un Segundo.

Al frente de la publicación estaba un ignoto abogado de Baltimore, cuyo nombre llegaría a ser tan temido como amado: Robert Parker.

DIEZ PUNTOS PARKER = U$S 1.500.000

En su larga carrera, Parker ha alcanzado una enorme influencia sobre el comercio del vino. Su primer éxito importante lo obtuvo con la vendimia bordalesa de 1982. Mientras que la mayoría de los críticos de la época decían que era regular, Parker publicó que se trataba de algo extraordinario. Y los pedidos de compra por adelantado llegaron a las bodegas francesas, sin que estas entendieran bien cómo venía la mano.

En 1984, Wine Advocate era un periódico mensual impreso, financiado por el costo de suscripción, que llegaba a unas 10.000 personas. Diez años más tarde, la cifra rondaba los 50.000 lectores en 37 países. A la fecha, Parker lleva catadas y reseñadas unas 175.000 etiquetas. Wine Spectator, por su parte, ha llegado a imprimir un millón de ejemplares y en 2008 fue considerada la revista número uno entre los consumidores de lujo estadounidenses.

No es difícil de imaginar su poder de influencia. Un dato basta para ilustrarlo. Según el biógrafo no autorizado de Parker, Elin McCoy, su poder puede hacer que la diferencia que hay entre 85 y 95 puntos de su escala sea cuantificable: para algunos vinos franceses, alcanza el millón y medio de dólares en ventas.

¿Cómo lo logran? Sus listas de cata y sus puntajes circulan entre los comerciantes de vino como información vital: si una etiqueta recibe más de 90 puntos, no dudarán en incorporarla, como si tuviera un certificado de calidad, porque saben que detrás viene el consumidor a buscarla. De ahí que sus recomendaciones muevan millones y logren correrle la aguja a productores argentinos, como Karim Mussi.

UN BUCHE DE CINCO SEGUNDOS

El mecanismo funciona así: un buen importador, además de conocimientos de mercadeo, tiene buenas relaciones con los medios que puntúan los vinos que importa. Y entre las tareas que afronta al representar una bodega, está la de hacerle llegar las muestras a los popes, que las agrupan por precio, origen y variedad, y las catan a ciegas.

Al catar, emplean una planilla en la que discriminan los atributos del vino: color, aroma, gusto y sabor, además de una apreciación general de armonía. A cada uno esos atributos le asignan un valor tope. Es decir, que un vino que alcanza los 92 puntos, puede ser el resultado de 10 puntos de color, 25 de aromas, 39 de boca, y 18 de apreciación general.

Cuando se está canchero, esa operación es rápida. Parker, por ejemplo, afirma que por año prueba unos 10.000 vinos. Que le bastan cinco segundos de buche para descartar una etiqueta o reconsiderarla, y que sólo las reconsideradas pasan el cedazo y tienen chance de llegar a los 90 puntos o más. En tanta vorágine, es al menos dudable que su criterio sea perfecto a la hora de decidir el puntaje final de una etiqueta.

Los puntajes de Wine Spectator, en tanto, son menos discutibles: un panel de cata es el que lo otorga y el medio responde por ello. Pero como no hay una figura involucrada, su poder persuasivo a veces es menor.

En cualquier caso, en la constancia y la continuidad del criterio está el valor de sus puntos. Ese es el corazón del sistema. Una rueda que ya no puede parar: los consumidores no compran si no tiene el visto bueno del pope y las bodegas venden si obtienen altos puntajes. En ese esquema, la figura del crítico gana prestigio y genera un negocio millonario. Tanto, que según trascendió a la prensa en su momento, Parker aseguró su nariz y paladar en un millón de dólares.


EL SUEÑO DE LOS 100 PUNTOS

Ahora bien, un vino de 90 y tantos puntos se vende como pan caliente. Y uno de 80 y tantos, como pan viejo. Pero ¿qué diferencia perceptible hay para el consumidor entre una etiqueta que alcanza los 89 puntos y una que cruza la barrera de los 90? Desde el punto de vista técnico, ninguna. Un mismo vino catado por el mismo paladar puede arrojar puntajes diferentes según la ocasión. El propio Parker ha dicho que “entre los 96 y 100 puntos, no hay valoración posible, sino que lo que cuenta es la emoción del catador”.

Todo esto hace que las bodegas esperen el veredicto con los mismos nervios que tiene un alumno universitario cuando aguarda la nota de su examen final. Algunas pocas festejarán los 90 y pico de puntos. Muchas, furiosas, soñarán con mandar a Parker y sus colegas a algún lugar impronunciable.

En sus 40 años de carrera, de acuerdo al portal Wine Searcher, Parker ha considerado a 105 vinos como perfectos, es decir, que sólo el 0,6% de todo lo que ha probado alcanzó los 100 inmaculados puntos. Entre algunos de ellos están Chateau Latour, Chateau Le Pin, Chateau Petrus –con cosechas que arrancan en 1921-, y unos pocos vinos que no son franceses, como Pingus, Greenok Creek Shiraz, Penfolds Grange.

Para tener claro qué significa pertenecer a este listado de los 100 puntos, el Heralds Scotland ha estimado que una etiqueta que los logre sumará ventas por ocho millones de dólares. Otro tanto cuenta para Wine Spectator.

Argentina aún está ausente de este selecto pelotón. Y aunque los enólogos locales digan públicamente que el tema no los desvela, saben que quien los consiga no sólo pasará a la historia, sino que recibirá un jugoso aumento. Y la bodega venderá su vino como nunca antes pudo hacerlo. Lo que se dice, un negocio redondo.

martes, 12 de julio de 2011

LIMPIEZA DE LOS RECIPIENTES DE MADERA

El quemado de azufre dentro de los recipientes vinarios vacíos a finales del siglo XVIII representa el primer acto de desinfección de recipientes y la primera adición de un antiséptico exógeno en enología.


A partir de esa fecha, la adición de dióxido de azufre en forma de gas o de solución salina ha sido siempre un factor fundamental para la protección frente a alteraciones microbianas y para la desinfección de los recipientes de madera. En efecto, la combustión de azufre elemental en el aire produce dióxido de azufre utilizado en forma gaseosa a elevada concentración que permite actuar no sólo sobre la superficie sino también sobre las primeros milímetros de madera, provocando una acidificación mortal del contenido intracelular de los microorganismos.

El dióxido de azufre puede ser producido tradicionalmente mediante combustión de una mecha (azufre en un soporte metálico o textil), o de pastillas de azufre compacto en un soporte mineral (silicatos, fibra de vidrio) u orgánico (madera, fibra textil, plástico) colocado en el interior de un recipiente vacío. También puede ser introducido directamente en forma gaseosa a partir de gas industrial licuado. El dióxido de azufre actúa sobre la superficie y la microporosidad inmediatamente en contacto con el vino; el exceso de dióxido de azufre es a continuación disuelto parcialmente en el vino cuando es introducido en el recipiente por emulsión gaseoso o evacuado hacia el exterior por el desplazamiento de volúmenes.

El quemado de mechas produce residuos difíciles de controlar que afectan a la cantidad de gas efectivamente producido en el recipiente vacío ya que el azufre derretido se apaga fácilmente.

Las pastillas de azufre poseen, en función de su composición y de las condiciones de conservación, unos rendimientos muy diferentes. Se nota que las pastillas nuevas producen, para una misma cantidad de azufre, un rendimiento en dióxido de azufre superior, cerca del máximo esperado con la combustión de azufre (aproximadamente 70 %) mientras que la mecha produce un sulfitado aproximadamente dos veces inferior debido a las pérdidas.

Las pastillas francesas se conservan mal en el ambiente húmedo de las bodegas ; su soporte mineral es higroscópico y adsorbe la humedad del ambiente disminuyendo el rendimiento del sulfitado de las barricas; por tanto deben ser conservadas siempre en atmósfera seca. Las pastillas españolas estudiadas poseen un soporte mineral insensible a la humedad y por tanto un rendimiento más constante.

Para un contenido de dióxido de azufre libre y activo idéntico, el sulfitado con dióxido de azufre gaseoso introducido en la barrica vacía para asegurar la desinfección previa de la madera es más eficaz que la simple corrección del dióxido de azufre directamente en el vino. En este último caso, no se puede aprovechar la acción desinfectante sobre la madera del gas concentrado en la atmosfera de la barrica.

En conclusión, aunque es antiguo, el empleo de dióxido de azufre directamente en la madera es muy eficaz para proteger tanto el vino como la madera frente a contaminaciones bacterianas y levadurianas indeseables. Su eficacia en cambio depende directamente de su aporte en forma gaseosa en contacto directo con la madera y a una concentración superior o igual a 5 g por barrica (ó 2,2 g de azufre puro /hl) para producir una desinfección suficiente de la madera y un sulfitado eficaz del vino.

El azufre también es eficaz para conservar las barricas usadas vacías pero es necesario repetir el sulfitado regularmente en función de las condiciones de conservación de los recipientes de madera. Una atmósfera seca favorece la entrada de aire y la pérdida de antiséptico pero también limita el crecimiento de gérmenes al disminuir la actividad del agua (aW); una atmosfera húmeda permite conservar mejor el dióxido de azufre gracias a una mejor estanqueidad de las barricas pero no limita el posible crecimiento de gérmenes residuales por la deshidratación del medio.

Es inútil quemar una cantidad demasiado grande de azufre de una sola vez (3,5 g/hl o más) ya que la combustión será incompleta (disminución del oxígeno disponible y extinción de la combustión por el dióxido de azufre); la combustión de varias dosis pequeñas o bien la inyección de gas es mucho más eficaz.

NEW WINE ARCHITECTURE GUIDE

Los arquitectos de bodegas, Eliana Bórmida y Mario Yanzón, presentaron un mapa de las bodegas que su estudio ha diseñado: New Wine Architecture Guide.


Con este motivo, los arquitectos celebraron, en un ambiente íntimo, un after-office en The Vines, ubicado en el Hotel Park Hyatt Mendoza. La reunión informal, donde se juntaron bodegueros, periodistas, arquitectos y personalidades reconocidas de la industria del vino, sirvió para pasar un buen momento y debatir lo que aún queda por mejorar en lo edilicio, en los Caminos del Vino.

Reconocida por su labor en arquitectura sustentable, Eliana Bórmida, destacó la necesidad de enriquecer mediante el paisaje y la arquitectura al vino. Mencionó el nivel que hoy tiene Mendoza, el que consideró "a la altura de otras ciudades vitivinícolas". Sin embargo, también criticó las "malas gestiones en el uso de suelo y tratamiento de paisaje, que han perjudicado zonas de gran valor para la vitivinicultura como Perdriel y Agrelo". Por último apuntó que el territorio debe ser un círculo virtuoso, colaborando todas las bodegas en su contexto.

Mario Yanzón fue el encargado de cerrar. "Hay que pensar que Mendoza es una de las nueve capitales mundiales del vino", recordó, junto a Bordeaux, Florencia y San Francisco entre otras. Al igual que Bórmida, no dudo en poner de manifiesto ciertos aspectos negativos. Apuntó al mal estado de las calles y las luminarias cuando uno llega a Mendoza desde el aeropuerto, dando una bienvenida poco agradable al turista. Luego de los saludos correspondientes y dando la bienvenida a los presentes, vino el momento para la distensión, con excelentes vinos y empanadas.

En charla con Alejandro Cohen, miembro de B&Y, con experiencia en Estados Unidos en importantes estudios en el área de Washington, D.C., se habló de la importancia de este mapa, que sólo tiene como fin aportar un nuevo elemento a la industria madre de Mendoza. "La demanda de gente por conocer la arquitectura de la bodega, la concepción del edificio y su relación con el paisaje, su identidad y la influencia sobre el vino crece día a día; ya no basta con explicarles el proceso del vino, ellos quieren saber más y este es el fin de este mapa", recalcó.

Fuente: Área del Vino

sábado, 9 de julio de 2011

LOS LOGOS DEL NUEVO MUNDO

Desde AndesWines trazaron un análisis acerca de la imagen que transmiten las entidades de cada uno de estos países que promocionan el vino en el exterior.
Los vinos de países del nuevo mundo pelean de igual a igual con vinos del viejo mundo.

En esta búsqueda por nuevos mercados donde vender sus vinos, se han visto grandes esfuerzos de los equipos comerciales con diseñadores y publicistas para desarrollar un logo que los represente en su filosofía y estilo de sus vinos.

Es así como Pamela Villablanca (*), licenciada de Arte de la Universidad Finis Terrae de Chile y especialista en venta de vinos en mercados extranjeros preparó un informe exclusivo para AndesWines.com donde hace un análisis de los logos que representan a los países latinoamericanos más influyentes en Sudamérica- Argentina, Brasil, Chile y Uruguay.

Argentina

Wines of Argentina ha cambiado recientemente su logo; dejando atrás una imagen que incluía los colores de la bandera, hoy inician su camino hacia un nuevo estilo mezclando dos tipografías y haciendo un juego de composición con las letras "A" y "W".

Visualmente es perturbador por un tema de perspectiva el eco del triángulo interior y por la prolongación del triangulo exterior que muestra dos grosores de línea.

Me parece pretenciosa la apuesta y es inevitable hacer la comparación con la respetada casa de moda que para sus diseños juveniles utiliza las letras "A" y "X".

Me parece que está al borde de la demanda y la copia.

El color rosado no parece ser el más adecuado, ya que no es lo suficientemente neutro para representar a las variedades blancas.

Brasil

En la búsqueda por una imagen de Brasil nos encontramos con el clásico debate: Wines of Brasil v.s Wines from Brasil. No fue mayor sorpresa encontrar los colores de la bandera; simplemente práctico al invitarnos a abrir un vino con su dibujo de un descorchador a mano alzada y un espiral como eje central.

Además, atrevido por la frase asociada "open your mind" o "abra e se abra". Si ya asociamos Brasil a futbol, formula 1, carnaval y playas, claramente las expectativas frente a sus vinos son altísimas con ese slogan.

Pero volviendo al tema que nos convocan estas líneas, el diseño es simple, moderno, sugestivo y el slogan muy bien contextualizado en su traducción del portugués al inglés. Gran desafío a la calidad y consistencia.

Chile

El logo de Wines of Chile es ameno pero naif, integra el territorio nacional con el mapa vertical que le da dinamismo a la lectura. Los colores son modernos y también un eco de un mapa topográfico y climático, que a su vez hace eco de la diversidad de climas. Ahora claro, es un excelente apoyo para vinos de rangos de precios medios.

Falta desarrollar un concepto gráfico que apoye iniciativas de crecimiento en los precios de los vinos chilenos, hace años que Chile intenta apostar a un aumento del precio de su caja promedio y ha intentado regular los envíos para evitar sobre stocks y devalúo de mercancía. Les hace falta proyectar una imagen más madura que sea acorde con las proyecciones de crecimiento en el precio y la expansión de los límites de los mismos.

Un ejemplo: no es lo mismo la tipografía de Swatch a la de Rolex, ambos relojes funcionan a la perfección pero usan gráficas distintas.

Uruguay

Wines of Uruguay ha intentada dar su mensaje con un dibujo a mano alzada que carece absolutamente de estructura; es un dibujo suelto y desarmado que no representa a sus vinos.

Muy buena idea la de señalar con el sol la ubicación del país en el mapa.

Ahora bien, la copa podría establecer un eje mucho más potente al ser un dibujo formal y rígido, que pueda sostener el dibujo a mano alzada del país.

La versión del logotipo con fondo azul es pesada y muy oscura, simplemente no funciona para vinos por ser monótona y aburrida. En otra versión tengo dudas y aprensiones respecto de utilizar la botella como filtro hacia la puesta de sol y con letra manuscrita el nombre de la organización.

Son colores e ideas de hace tres décadas y los vinos que se producen en el país son mucho mas jóvenes que eso. Podría funcionar para turismo, pero no para potenciar las exportaciones ni promocionar vinos. Ha sido mucho mejor logrado el logotipo creado para la variedad tannat; una elegante copa de sólida silueta muestra como contenido el mensaje.

El mundo de las imágenes no tiene límites para la exploración, pero hay conceptos claves para entregar el correcto mensaje. Hay consideraciones de composición, colores y formas que son básicas, basta dar una mirada a los clásicos para tener un sólido referente: me refiero íconos que convocan a los diseñadores internacionales como da Vinci, Rembrandt, Rosetti, Goya, Mucha, Constable, Turner, Monet, Picasso, Dali, Rauschenberg, Beuys, Klee, Miro, Warhol, Mondrian y tantos otros de Bauhaus, Art Nuveau para dar algunos nombres.

Basta dar un vistazo a la naturaleza y a los griegos con su sección áurea para entender la ausencia de alma y determinación en las gráficas revisadas.

Extiendo una invitación al sólido mundo de imágenes Europeo, de Medio Oriente y Asiático para entender la tarea que tenemos pendiente en la región.

EL MERCADO INTERNO SEDUCE A LA INDUSTRIA

Con un tipo de cambio prácticamente estancado en los $4 por dólar y una inflación en dólares superior al 20% anual, las bodegas argentinas descubren que no sólo les resulta cada vez más difícil exportar, sino que el mercado interno volvió a ser un negocio tanto o más rentable.


Hoy los principales mercados de la Argentina son los Estados Unidos y Canadá, que posiblemente sean los dos destinos que están en peores condiciones para aceptar un aumento de precios", reconoce Guillermo Barzi, director comercial de la bodega rionegrina Humberto Canale, que reconoce las dificultades que enfrentan las bodegas que tienen la mira en el mercado exportador.

Con un tipo de cambio prácticamente estancado en torno a los 4 pesos por dólar y una inflación en dólares superior al 20% anual, las bodegas argentinas descubren que no sólo les resulta cada vez más difícil seguir exportando sus vinos, sino que el mercado interno volvió a ser un negocio tanto o más rentable que salir a pelear un disputadísimo lugar en la góndolas de los supermercados y vinotecas de Nueva York o Londres.

"Con un tipo de cambio planchado, hoy las perspectivas para la exportación están cada vez más complicadas, lo que explica que los consumidores locales descubran marcas de vinos que antes sólo se vendían afuera", coincide Daniel Rada, subgerente de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), destaca una nota publicada por el diario La Nación y replicada en el sitio de la consultora abeceb.com

Profundización

Los analistas, además, destacan que las dificultades de las bodegas argentinas a la hora de exportar se profundizarán en la medida en no se produzcan grandes cambios en las condiciones del intercambio con los principales socios comerciales de la Argentina.

"Lo que está pasando en el negocio de los vinos es una señal de la pérdida de competitividad en general de las exportaciones argentinas, que es inevitable si tiene en cuenta que la inflación local es muy superior a la de nuestros socios comerciales, aun si se considerara dato real el índice del Indec", explicó el economista Camilo Tiscornia.

La pérdida de la competitividad de las exportaciones argentinas es un problema que excede a las bodegas y también se siente con fuerza entre los fabricantes de autopartes, pero en este caso las empresas precisan que el negocio exportador se puede mantener gracias a la locomotora que significa Brasil.

El principal socio del Mercosur vive un problema parecido al de la Argentina, pero en su caso las dificultades no son provocadas por una inflación en dólares, sino por una revalorización del real frente a la divisa norteamericana.

"El sector tiene claramente un problema de costos, en especial para exportar a México. Hasta hace poco, México le disputaba el papel de principal destino de las autopartes argentinas a Brasil, y hoy es un mercado que estamos perdiendo", explicó Juan Cantarella, gerente general de la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC).

El dirigente empresarial destacó, además, que la solución para recuperar la competitividad perdida no pasa por una devaluación del peso. "El ajuste no tiene que llegar por el tipo de cambio, sino por la reducción de la presión impositiva. Hoy, la producción nacional de autopartes está castigada con el IVA, que no cae sobre el producto importado", señaló el representante de los autopartistas.



Fuente: MDZ Online

Cafayate un lugar distinto

De la mano del Torrontés, un recorrido por la ondulante geografía salteña.

Hay que llegar a Cafayate, vale la pena. Allí nomás cuando los valles Calchaquíes se instalan en la retina con las constantes de arbustos amarillentos a la vera del camino terroso, blanquecino, con esos cardos que se empeñan en elevarse del pedregoso suelo para lucirse, o quizá más vanidosos para hacerse adorar, entre las montañas enmarcando un infinito paisaje ondulante donde la nada misma parece cerca.

Allí, cuando nos acostumbramos a ese entorno que empata entre la hostilidad y la belleza, entre el cielo y la tierra, allí los viñedos aparecen y se extienden a los lados cuando aún conservan alguna que otra hoja entre el ocre y el ladrillo, entre el rojo y el bordó. Lo primero es Tolombón, pero hay que seguir.

Junto con la tierra desolada ahora vestida de vid, los primeros indicios de arquitectura de otros tiempos y las nuevas que imitan las edificaciones coloniales, más un sol siempre atento. Una plaza, una iglesia, una escuela, un puñado de locales de artesanía en derredor, peñas y en las calles aledañas hostels, hoteles, restaurantes, más artesanías y la huella del vino en una cuadrícula de 7 por 9 cuadras. Estamos en Cafayate, valió la pena llegar.

Nos hablaron de sus bodegas y de su Torrontés; de los tejidos en lanas y en fibras vegetales; de la mejor alpaca y de la plata que tanto acuñaron los antiguos pobladores. Nos hablaron de la gente, del genio de esa población que se afincó en las alturas y que no piensa bajar, porque desde aquí todo se mira desde otra perspectiva, ya verán.

Fuimos con una meta: degustar la cepa que tanta fama obtuvo en los últimos tiempos y, cual investigadores o más bien degustadores aficionados con ganas de aprender y de saborear los días en esta tierra, nos abocamos a la tarea, no para descubrir su mejor productor sino para conocer a los que más pudiéramos por eso de que en la variedad está el gusto y porque adoramos la diversidad y la particularidad en todo sentido.

El primer punto en el trayecto marca Bodegas Nanni. El pórtico en una de las calles referentes de la ciudad, nos habla de una casa de vinos antigua, de pisos de cerámica cocida que se repetirán en todas las estancias siguientes. Pesadas puertas, amplios ventanales, el lagar, las Piletas, las barricas.

Sus viñedos recorren las extensiones del Valle de Cafayate, con certificación orgánica favorecida por el régimen de lluvias muy escaso y vientos constantes que dan como resultado uvas de gran concentración polifenólica y de excelente sanidad.

Aquí cabe destacar que sus vinos orgánicos de altura implican una producción sustentable, uso racional de los elementos de la naturaleza, sin la utilización de ningún producto químico en el proceso de vinificación ni en la tierra.

El Torrontés se lleva la mitad de las partidas. La gran exposición solar favorece la cepa emblema y, la clarificación con yema, uno de sus baluartes. Además cuentan con Malbec, Cabernet Sauvignon, Tanat y un Bonarda que da que hablar.

El clima semi desértico, ventoso, de gran amplitud térmica -hasta 20º entre la noche y su día- con precipitaciones entre 40 y 80 mm anuales marca las cepas y sus caldos en las localidades en derredor sobre alturas que van desde los 1.700 a los 3.000 m.s.n.m.

Son vinos de una graduación alcohólica más alta que la que acostumbramos en Mendoza, casi todos superan los 13° y 14º y también, como en estos lados, la plantación de viñedos fue uno de los grandes signos de la colonia.

Muestra de ello son las antiguas barricas de algarrobo que se utilizaban cuando todavía no se precisaba demasiado sobre los aportes de la madera al brebaje.

Salta y Mendoza no sólo comparten los caminos del vino sino que muchos de sus hacedores se formaron en Cuyo y emigraron al Norte, la mayoría enólogos, para demostrar su sapiencia, además que muchas bodegas de por acá tienen sus viñedos de algunas variedades en los Valles Calchaquíes.

Mientras los ecos de la historia de la única bodega orgánica de la zona, que continúa en manos de la familia fundadora desde 1897, resuenan en la sala de degustación, un Torrontés Tardío Dulce Natural acompaña magníficamente los quesos de cabra locales, un sabor que arrastramos como recuerdo.

De las alcaparras al Torrontés

El proyecto original en los valles, del lado de Tucumán, a un kilómetro del límite político con Salta, era una plantación de alcaparras que efectivamente se llevó a cabo, salvo que los conejos acabaron con el sueño y con la producción.

Pero como es sabido, cuando hay ganas de hacer, hay que agudizar el ingenio y optimizar la oportunidad. En ese momento Alberto Guardia cambió un fruto verde por otro, de mayores tonalidades cuando está maduro, y encaró la bodega Arcas de Tolombón, con la más moderna infraestructura de producción en su segunda vendimia y con un camino trazado hacia el millón de litros.

A lo lejos aparece como un espejismo. Su edificación alude a la diosa del Valle Calchaquí, con forma de mazorca de maíz. Bajo una concepción bioclimática adaptada e integrada al paisaje, la construcción emula a las tradicionales casas de barro de Mali, de las cuales se conocen mezquitas de más de 400 años.

Una de las características fundamentales es que imita los nidos de las termitas, con entradas de aire en sectores inferiores y salidas de aire caliente por arriba. Es tan notable el sistema que no necesitan climatizadores, siendo un método óptimo para la vinificación. En su interior recuerda un panóptico ya que desde el centro se observan todas las estancias.

Fueron artesanos de Colalao quienes realizaron, con sus técnicas ancestrales, cada ladrillo de pisos y paredes, utilizando la leña y la tierra de la propia finca. Incluso están estampados a mano, como para que no quede duda esto de aprehender el entorno, de hacerse parte de él.

Las naves fueron orientadas como lo disponían los Incas, con la distribución del Tahuantinsuyo. Así se conecta la elaboración del vino con los frutos de la tierra y todo con el cosmos. Está tan mimetizada con la naturaleza, hasta en los mínimos detalles, que al ver la bodega desde la senda de tierra, se observa que las salientes se parecen a los cardos en las montañas vecinas.

Pero la conexión es intrínseca, cuenta con un sistema de techos verdes que pronto dejará crecer avena. La cava con capacidad para 350 barricas tiene muros permeables, como usaban los pobladores de Chan Chan, con malla drenante y cobertura vegetal, precisamente vides.

Y la relación no sólo es con el entorno natural, también con la comunidad. En la actualidad trabajan en un proyecto de integración con los habitantes para adentrarlos en las tareas de la vitivinicultura.

Tolombón era la capital de los valles donde vivían 250 mil aborígenes que fueron los que más resistieron la colonia, entre ellos Juan Calchaquí. Ahora sólo 250 personas transitan los polvorientos caminos, por ello la capacitación en asuntos enológicos, es un bálsamo para sus economías.

Un sueño de siete vacas

Enfrente, a lo lejos, a 3.000 m.s.n.m, el Puesto Jacomisquy, también parte de la propiedad de Arcas de Tolombón. Es un sitio que no sólo da la posibilidad de observar cóndores, suris y guanacos a escasos metros sino que, además, es una posta histórica parte del camino del Inca y también utilizada años más tarde por los ideólogos de la patria.

Ahora cuenta con viñedos: Malbec, Pinot Noir y Sauvignon Blanc y con los habitantes de siempre, una familia, los Guanca, que mucho han aportado a la mística del lugar. Porque como saben, en estos parajes las leyendas crecen con las personas y ellas con los cuentos que contaron los de antes y que siguen contando hoy.

Entonces cuando Domingo Guanca aseguró que allá arriba cazaba leones, los de abajo le preguntaron qué había hecho con las pieles.

Un día el hombre que pasa sus días con los cóndores soñó que 7 vacas lo perseguían por el puesto absolutamente nevado. Algo naturalmente imposible, pero era eso, sólo un sueño. Sin embargo, Alberto Guardia lo tomó como un augurio, por el número, y cuando a la semana efectivamente nevó en el lugar, decidieron que sería una bendición.

Por eso una de las líneas de la bodega se denomina Siete Vacas. En su etiqueta aparecen los animales, el puesto, las vides y el vino, pero también la luna y el cielo estrellado, cercano, llaves, paraguas y hasta un ovni, porque a un hermano de Domingo se lo llevó un plato volador y lo devolvió tartamudo, pero ése es otro cuento.

Cierto es que los caldos fueron premiados y el relato de las 7 vacas que persiguieron a Guanca una noche de nieve, recorre el mundo.

En el magno paisaje plagado de jume, algarrobo negro, cachiyuyo, -vegetación típica de los suelos salitrosos y pedregosos-, que por esas cosas de saber ver la oportunidad ahora se cortan con hileras de vides, el camino terroso, blanquecino, nos regresa a Cafayate, donde siempre vale la pena llegar.


Signos de la historia

Bodega El Esteco es un icono salteño y nacional. Es la firma que perteneciera a David y Salvador Michel que se transformara después de la unión matrimonial del primero con Gabriela Torino, en Michel Torino -1892-1991- y que en los últimos años fue adquirida por Peñaflor quien cambió su denominación. Ahora sólo utilizan los dos apellidos para las líneas de exportación y para un vino de mesa que se produce en Mendoza.

El edificio de amplias galerías con techos de madera, puertas y ventanas de un verde característico de muchas de la edificaciones de 1800, se levanta en un paraje cálido en el que la cordillera hace un lugar.

Producen 4 millones de litros anuales de las 450 hectáreas cultivadas para sus líneas Elementos, Don David, Ciclos y Áltimus y otras que sólo se dedican al exterior.

La visita discurre entre las viejas piletas, muchas en desuso; los tanques de acero inoxidable y la moderna línea de producción.

Pero es la sala de barricas de pisos de tierra y piedra, con techos de palo y caña, y los patios internos, como las galerías del frente con arcos de medio punto, pisos de ladrillones con aura de siglos, las que cuentan los años de viñateros y elaboradores, la trayectoria de un lugar y de sus creadores.

Calidez es el adjetivo que resume la visita teñida de historia. Y cómo no, si parte de la edificación fue erigida entre 1740 y 1770, no hay fecha exacta; lo que sí es certero es que siempre se hicieron buenos vinos.

Junto a la bodega, se encuentra la casa patronal que se conserva tal cual fuera construida en el siglo XVIII. Hoy alberga al exclusivo alojamiento Patios de Cafayate. Si cuenta con tiempo además de la recorrida habitual puede realizar un tour arqueológico por las extensiones de la finca Las Rosas, un lujo del que no se arrepentirá.

La primera, sigue vigente

Vasija Secreta es la posta que sigue. Es el acceso a la localidad vitivinícola y la primera bodega de la zona. La Casa Córdova y Murga, se remonta a la primera mitad del siglo XVIII, por tanto mucho vino ha corrido en los lagares entre paredes de adobe y techos de torta de barro que aún persisten en algunos sectores.

En la visita se descubre un establecimiento añejo y toda la tecnología en procesos de producción, una mezcla entre la tradición y la modernidad.

Si uno pregunta le contarán sobre el pasado, sobre los viejos depósitos que almacenaban víveres para las estancias familiares, porque llegar a Cafayate no era fácil. Entonces guardaban maíz, quesos, grasas, charque, chalonas de ovejas y hortalizas.

También podrá conocer sobre la vinificación de otros días observando las grandes tinajas de barro donde fermentaba el mosto y se guardaba el vino cuando no habían toneles ni cubas; los noques de cuero de novillo donde los aborígenes pisaban la uva y las prensas de tuercas, tan características, de principios del siglo XIX.

La construcción se erigió alrededor de un patio. De un lado estaba la bodega; también había casas, hoy administración, y luego el tiempo y las exigencias de la industria dieron sitial a otras formas y a otro confort.

A pesar de ello persisten áreas intactas como las cavidades de ladrillo abovedadas debajo de los lagares.

Por los primeros días del establecimiento la vendimia se realizaba durante dos o más meses, los racimos transformados en mosto por las noches se enfriaban demasiado demorando la fermentación; por ello debían calentarlos colocando fuego en la bóvedas subterráneas.

Hoy esos huecos suelen albergar las bicicletas de los trabajadores de la finca. La visita al Museo del vino Bodega La Banda termina de perfilar la historia que cuentan los muros.

Antes o después de la visita una parada en el restaurante contiguo lo agasajará con tablas de fiambres, bocados regionales y una completa degustación de escabeches: de conejo, búfalo, pejerrey y cabrito, que bien maridan con los vinos de la casa.

viernes, 8 de julio de 2011

PRIMERA FERIA DE VINOS DE AUTOR

Primero fueron las bodegas boutique; después, las de garaje. Ahora la movida son los vinos de autor


Una treintena de bodegas se juntaron para mostrar sus botellas, emblemas de una movida que cada vez suma más adeptos. La reunión fue convocada por un grupo de distribuidores que trabajan con este segmento del mercado vitivinícola y que quieren entrar con más fuerza en el mercado local. Unas 350 variedades se degustaron en la Feria de Vinos de Autor, de la mano de sus enólogos y propietarios en el espacio cedido por el restaurante M, de San Telmo.

Las características que unifican a estas bodegas son varias. No son nuevas y muchas aparecieron en los últimos seis años. Tenían un perfil exportador y hasta ahora se preocuparon más por llevar sus productos de alta gama al mercado internacional. Hoy ven en el local una brecha para sus propuestas.

Son bodegas chicas, con una capacidad media de producción y ofrecen tres líneas de vinos, siempre en la gama premium. La clásica o varietal, que ronda los 50 pesos; la línea reserva, entre los 80 y los 120, y la línea alta, a partir de los 180. Muchos tienen también a sus vino íconos, por arriba de los 300 pesos.

En todas las bodegas que producen vinos de autor, la mano y la nariz del enólogo están presentes en las etapas del proceso, desde el viñedo hasta la elección de la etiqueta, y en muchos casos el hacedor es el propietario del emprendimiento y de la bodega.

Si el mercado externo parecía unificar los perfiles requeridos, ¿cuál es la diferencia que distingue a cada una estas casas que ofrecen vinos de distintas partes del país?

Al tener oportunidad de disfrutar un gran número de los vinos participantes, cada uno supo mostrar sus ventajas diferenciales.

Para Alfredo Saenz, de consultora Umami, uno de los líderes en la movida de la Feria de Vinos de Autor, cada bodega tiene un estilo: "La apuesta es la de diferenciarse. Como todos los argentinos, los enólogos también tratan de destacarse y la ventaja de estas bodegas es que no hay una bajada de línea como pasa en las multinacionales. La mayoría de las bodegas buscan desarrollar su estilo. Lo que no les resulta fácil es la juventud de algunos de los proyectos, porque sus viñedos no están del todo estabilizados", aclara. En la búsqueda de las diferencias la diversidad enológica les permite elaborar a partir de diferentes recetas. "Están los que trabajan con levaduras seleccionadas, el que usa barrica americana o el que cosecha con tantos grados de azúcar, el que usa el chip o el que no usa y busca la fruta, como para nombrar algunas diferencias", enumera el vocero del Encuentro de Vinos de Autor.

Los vinos de autor no se encuentran en las cadenas de supermercados, ni grandes ni pequeñas. Lo que buscó esta exposición fue que las vinotecas, los sommeliers y los restaurantes puedan conocer estos vinos para ofrecerlos en sus establecimientos.

Hasta hace poco estas bodegas vendían un 80 por ciento de su producción afuera y hoy buscan el trade local. "Con la inflación en dólares que hay en Argentina, los bodegueros priorizan la venta en el mercado interno. El gran negocio que era exportar a un precio competitivo está dejando de funcionar porque nuestros precios suben y ya no quieren comprarlos. Por lo tanto, todas las bodegas que armaron su negocio pensando en la exportación hoy buscan ubicar entre el 30 y el 50 por ciento del volumen en el mercado local", explica Saenz.

Ahí es donde entran los distribuidores. Como estas bodegas no tienen estructura comercial propia buscan a quienes los representen. Cada una de las empresas asociadas tiene su portfolio de bodegas en donde se priorizan las diferencias para que no compitan entre sí, como por ejemplo el concepto de reunir bodegas según distintas regiones del país y cepas típicas del terroir.

Al pensar en el perfil del consumidor de estos vinos la tendencia muestra que la elección va de los 25 a los 55 años, y las mujeres son las que cada vez más se acercan e interesan por conocer esta oferta de alta gama y valor intermedio.

UN NUEVO CAMINO DEL VINO, CORDOBA

De acuerdo a una tendencia mundial que suma cada vez más adeptos, Córdoba presentó anoche un nuevo producto turístico denominado Caminos del Vino. Invita a conocer las regiones de la provincia dedicadas a la producción industrial y artesanal de la bebida nacional.


El encuentro, desarrollado en el Pabellón Amarillo del complejo Feriar Córdoba fue presidido por el titular de la Agencia Córdoba Turismo, Gustavo Santos. Lo acompañó Gabriel Fidel, del Departamento de Enoturismo de la Asociación Bodegas de Argentina

En la oportunidad se presentó la señalética colocada en las localidades que constituyen los “Caminos del vino”, así como el isologo y la folletería específica especialmente preparada, las acciones de comunicación realizadas y las perspectivas de desarrollo de este producto no tradicional para la provincia.

Varios anotados. Nueve bodegas cordobesas y cinco productores artesanales de vinos, de las tres regiones enológicas de la provincia, esto es Colonia Caroya, Traslasierra y Calamuchita, asistieron a la presentación. Recibieron sets de degustación para ser utilizados en sus establecimientos durante las recorridas de los turistas. Como no podría ser de otra manera, durante la presentación se realizó una cata de vinos de Córdoba, algunos de ellos premiados en concursos realizados oportunamente en San Juan y Mendoza.

La semana pasada, Córdoba presentó su oferta turística en Rosario. Desde que se habilitó la autopista, nuestra provincia resulta aún más atractiva para viajeros de fin de semana de esa ciudad santafesina.

CRECE LA IMPORTACIONDE VINOS EN URUGUAY

La importación de vinos, sobre todo desde Chile y Argentina, está poniendo en aprietos a varias bodegas de Uruguay que además enfrentan una caída del consumo en el mercado interno así como de sus exportaciones.


Los bodegueros locales, que en su gran mayoría son empresas medianas o pequeñas de tradición familiar, tratan de reciclarse y volcarse a la producción de calidad para sobrevivir, además de preparar sus establecimientos con fines turísticos, una veta que no era muy explotada. Los cambios del mercado están llevando, además, a una concentración de bodegas en menos manos.

Empresarios del sector consultados por El Observador afirmaron que los precios de los productos importados pueden estar recibiendo subsidios, pero esa versión no es ratificada en el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INAVI). De comprobarse que los vinos entran subsidiados se iniciarán acciones a nivel político para defender a la producción nacional, comentó una fuente del sector productor.

Un informe de la consultora ID Retail señaló que en Uruguay se verifica un crecimiento generalizado del consumo de bebidas alcohólicas y de ellas la que menos creció fue el vino, e incluso en algunos años tuvo retrocesos.

Gustavo Rodríguez, director de ID Retail, explicó a El Observador que en los últimos años aumentó la venta de cervezas –que venía con un rezago en el consumo per cápita en relación a otros países– de whisky y de bebidas destiladas, no así del vino, que de todas maneras mantiene un mercado voluminoso.

Actualmente en el país se consumen unos 25 litros de vino por persona por año, cuando hasta hace poco esa cifra rondaba los 33 litros, lo que marca la contracción del mercado interno.

De todos modos se está dando una preferencia por los vinos de calidad y eso no necesariamente implica un descenso del negocio para los vinos de mesa (son los envasados en más de 750 centímetros cúbicos) que apuntan a un público menos pudiente.

Rodríguez comentó que en Uruguay se da una marcada competencia a nivel de las bebidas alcohólicas que se traslada a la publicidad, y ahí pierde el vino en relación, por ejemplo, con las cervezas que dominan las multinacionales. En los últimos cinco años aumentó la venta de vinos importados en 1,2 millón de litros, en detrimento de la producción nacional que cayó 10 millones de litros, según datos del INAVI.

Alvaro Terra, presidente del directorio de la bodega Los Cerros de San Juan, comentó a El Observador que la importación creció en forma “exponencial” y no sólo para la gama de calidad sino también para los envasados en caja. Señaló que en el caso de los vinos provenientes de Argentina, el producto recibe “subvenciones provinciales” además de contar con ventajas como un dólar más alto, producción a gran escala y costos de energía más baratos. Reconoció que el consumo en Uruguay continúa siendo alto, aunque descendió en los últimos dos años. Parte del espacio dejado lo ganaron los vinos importados y otra porción, la cerveza, explicó.

Desde la importadora Leopoldo Gross se confirmó a El Observador un aumento de sus compras desde Chile y Alemania.

Mario Gross, director de esa empresa, señaló que nota un cambio en el consumo de los uruguayos que se vuelca a vinos más suaves y menos ácidos como son los de Argentina o Chile. También marcó que en Uruguay se ponen algunas dificultades a la importación.

En el INAVI, su flamante presidente José María Lez, señaló que el sector vive hoy un “período difícil”. Dijo que con el ministro Tabaré Aguerre (Ganadería, Agricultura y Pesca) se propondrá enfocar la producción en los vinos de calidad y por esa vía “destacar la imagen del país” en el exterior.

Reconoció que el consumo bajó, y ahora el objetivo es volver a recuperarlo, lo que no ocurrirá, dijo, de un día para el otro.

Lez prefirió no hablar de “subsidios” o “dumping” de los vinos de la región, aunque comentó que habrá que revisar los valores de producción porque llegan a las góndolas de Uruguay “con precios muy competitivos”.



En tal sentido, Diego Spinoglio, director de la bodega Spinoglio, recordó que desde el año pasado los vinos chilenos ingresan a Uruguay sin pagar arancel y eso facilitó su presencia masiva en la gama de productos finos. En Chile, las bodegas están en manos de multinacionales y trabajan con escalas grandes lo que ayuda a reducir costos.



Los vinos producidos en los países socios del Mercosur ingresan a Uruguay libre de arancel. Spinoglio comentó a El Observador que en el país se está dando un proceso de concentración de la producción y los canales de venta en menos bodegas que antes, y ese proceso aún no terminó. Uruguay tradicionalmente tenía unas 300 bodegas y ahora tiene 200.

CHILAVERT TAMBIEN TENDRA SU VINO

Según adelantaron desde Area del Vino, el producto del ex arquero paraguayo se llamará "Don Chila". Será un blend de cuatro variedades tintas.


El ex arquero paraguayo, José Luis Chilavert, trabó sociedad con Viña Fundación de Mendoza para hacer su vino "Don Chila".

Juan Carlos Chavero, al frente del proyecto del ex arquero de Vélez Sarsfield, dijo que Chilavert aterrizó en Mendoza para hacer un vino "para la gente" que empezará a venderse en Paraguay en 20 días más, según Area del Vino.

"Don Chila" es la etiqueta del primer vino de José Luis Chilavert, un tinto, fusión de variedades Cabernet Sauvignon, Malbec, Bonarda y Merlot, con un toque de dulce (mosto) para darle el dulzor que le gusta a los paraguayos.

Chavero explicó que "José quería hacer un vino para la gente, que fuera popular. En góndola, en Argentina, el precio rondará los 18 pesos. En Paraguay competirá en este segmento de precios con el vino chileno de bodega Santa Elena que está andando muy bien".

La comercialización arrancará en Paraguay para seguir luego con presentación oficial y comercialización en Argentina y otros países del Mercosur.

El proyecto, que cuenta con un uvas de un viñedo destinado a estos vinos, tiene además en el portfolio el "Chilavert", un Malbec 100% y en el mismo segmento de Don Chila, un blanco dulce natural cuyo nombre aún no se conoce.

"La idea es hacer el lanzamiento después de tener 1 mes el producto en Paraguay y luego hacer la presentación oficial en Argentina", adelantó Chavero.

Salentein presentó en sociedad a Killka

Tras dejar de producir su ya clásica marca Los Leones, la bodega del Valle de Uco bautizó a su nuevo producto con el nombre de su reconocido museo. Está conformada por tres varietales: Chardonnay, Malbec y Cabernet Sauvignon. Tipicidad y espíritu cosmopolita

Los Leones, que fueron "custodios" de los vinos jóvenes y frescos de la bodega mendocina Salentein, cumplieron su ciclo.

En efecto, tras varios años en las góndolas nacionales y del exterior, la clásica marca pasó a la historia a fines del año pasado.

Y ese segmento pasó a ser ocupado por la flamante línea Killka, cuyo lanzamiento para el mercado doméstico tuvo lugar días atrás en Buenos Aires.

Esta línea de varietales de corte está conformada por un Chardonnay 2010, un Malbec 2009 y un Cabernet Sauvignon 2009, todos con un precio sugerido de $39.

Y, si bien se trata del mismo segmento que ocupaba Los Leones, desde la bodega dejaron en claro que la flamante marca no comparten ninguna característica con la anterior.

De este modo, en las góndolas, Killka se ubica por encima de su línea más económica, Portillo, que se consigue actualmente por alrededor de $24; y por debajo de los consagrados Salentein reserve, cuyo precio supera los $50.

Uno de los aspectos claves, como ya viene sucediendo desde hace tiempo en la vitivinicultura argentina, es el sello cosmopolita que se le imprime a cada etiqueta, para continuar capitalizando el furor del Malbec en los principales mercados del exterior y terminar de consolidar la imagen del Cabernet Sauvignon con sello nacional.

En el caso de esta línea en particular, con la presentación realizada en Buenos Aires, se dio el puntapié inicial al lanzamiento global de la marca en países de América latina y Europa, si bien ya se venía comercializando desde hacía unos meses en el mercado estadounidense.

En este contexto, durante el almuerzo -que tuvo lugar en el muy palermitano restaurante Unik, de Marcelo Joulia- el enólogo Gustavo Bauzá explicó que "Estados Unidos nos venía exigiendo un vino más ´nervioso´, con mucha fruta pero buena complejidad. A partir de ahí sacamos al mercado Killka".

Efectivamente, los vinos que fueron degustados, a lo largo de un menú de tres pasos, revelaron una tipicidad varietal indiscutible, especialmente en el Cabernet Sauvignon, donde sobresalía el clásico, envolvente y esperado aroma a pimientos verdes.

A la hora de las definiciones, el enólogo catalogó a estos vinos como "fáciles de tomar, con un dulzor sutil", al tiempo que agregó que los varietales de Killka son "como un Portillo pero mucho más complejos".

Para Bauzá, lo primordial en esta línea es la fruta: "La protagonista es la uva y en segundo lugar recién aparece la madera. Nuestro objetivo, desde el comienzo, fue preservar la fruta del Chardonnay, la ciruela del Malbec".

Bajo esta premisa, el método escogido fue el de elaborar vinos varietales pero de corte.

Para ello, el experto explicó que dividieron las fincas en distintos cuarteles, de modo de poder cosechar en diferentes momentos y elaborarlos también de distinta forma. Así, cada uno de estos varietales pueden tener tres o cuatro componentes a partir de los cuales se realizó el assemblage final.

Matías Bauza Moreno, gerente de Relaciones Públicas de la bodega, explicó a Vinos & Bodegas que, en el caso del Malbec, "para un vino de u$s14 en góndola en Estados Unidos, haber obtenido 90 puntos de Parker es una buena referencia, dado que lo convierte en un best buy, es decir, una muy buena relación calidad-precio".

Un ADN propio

Un dato a destacar es que en la etiqueta de cada varietal, por debajo del nombre, acuñaron la frase Salentein Art & Wine. La decisión no fue por un capricho: el nombre Killka corresponde ni más ni menos que al museo que la bodega posee en Valle de Uco, un proyecto reconocido mundialmente y que recibió, entre otros reconocimientos, el oro por parte de la Great Wine Capital como mejor propuesta turística vitivinícola.

"Portillo y Primus nacieron con la bodega. Salentein Reserve, en tanto, es la marca core. Si agregábamos una marca nueva que nos diera cierto volumen, tenía que tener mucho que ver con nuestro ADN. Sacar una marca y tener que dar muchas explicaciones no tenía mucho sentido. Por eso, acá no hay nada que explicar. Hoy, quien vaya a la bodega va a palpar lo que es Killka, pero esto no implica que éstos sean los vino del museo. Esto fue lo que nos llevo a que, en lugar de poner la imagen de algún cuadro propiedad de la bodega, hayamos elegido una etiqueta que respire arte", explicó Bauza Moreno.

Finca Los Notables, los nuevos single vineyard de Bodega El Esteco

En Cafayate nace una nueva marca que sigue una tendencia creciente en el país: vinos elaborados con uvas de un viñedo único.

En el vino argentino hay dos corrientes en debate. Por un lado, los varietalistas, enólogos y bodegueros que están dispuestos a llevar a la Argentina al podio mundial de los productores varietales, con el mejor Malbec, el mejor Cabernet y el mejor Torrontés posibles. Y por otro, las casas que comprenden que un buen varietal se puede producir en cualquier lugar con buenas condiciones, que son un commoditie, y que ser reyes del Malbec o el Torrontés es fundar una monarquía de corto plazo, que perdura hasta que otro tenga una versión mejorada del vino rey.

Entre los segundos, hoy se alinea bodega El Esteco, que acaba de presentar su nueva gama de vinos Single Vineyard –es decir, elaborados por un viñedo único- que promete ponerle todas las fichas al origen. Algo que en Salta vale la pena destacar.

El primer Serie Finca Los Notables, tal como se llama la línea de vinos, es un Cabernet Sauvignon 2009. Proviene de una añosa finca, plantada en 1960, en el costado oeste del Valle de Cafayate. Un parral a la vieja usanza, con fama de producir uno de los más destacados Cabs, que hasta la cosecha 2009 formaba parte de Altimus, el tope de gama de la casa. Ahora vas a probar un tinto sobre todo especiado, rico aromáticamente, con intensidad gustativa y paso jugoso. El secreto, explica el enólogo Alejandro Pepa, hay que buscarlo en que el volumen total del vino fue fermentado en cubas de madera –vasijas troncocónicas de roble nuevo-, y en que su crianza alcanzó los 15 meses en barricas. Son solo 6500 botellas que salen a la venta este mes. Cuesta $150 pesos.





La Urquiza, Cuartel Nº9

Ubicado en valle de Cafayate, hacia la ladera de los cerros, el cuartel número 9 de Finca La Urquiza alberga una plantación de Cabernet Sauvignon histórica. El suelo es arenoso y muy pobre en nutrientes, y las plantas, cultivadas en parral, producen hasta 3,5 kilogramos de uva cada una. Sometidos a los grandes cambios térmicos entre el día y la noche, los racimos destinados a este vino resultan concentrados y aromáticamente potentes. Un perfil que repiten cada año y de ahí que se distinga al cuartel sobre los demás.

Conocer El Esteco

Si nunca viajaste a los valles Calchaquíes, no pierdas la oportunidad. El paisaje es fuera de serie incluso a nivel mundial. Y las bodegas ofrecen buenos packs turísticos para conocerlas. El Esteco, en este caso, ofrece visitas guiadas, recorridas por el viñedo, programas de cosecha, spa de lujo y cenas con el enólogo. Para más información, entrá a la página web.

QUE PROBASTE ANOCHE ESPECIAL MERLOT

A continuación te recomendamos 10 etiquetas para que puedas romper la espiral de silencio y te dejes seducir por la más sensual de las uvas tintas.

Norton Mil Rosas 2010 ($20)

No todo es tinto en materia de Merlot. Y este rosado, precisamente, es el más canchero entre los varietales. Chispeante, apenas dulzón, de partida el nombre describe su principal cualidad: su riqueza aromática lo hace único, cargada de frutos rojos. Para empezar a conocer de Merlot, en nuestro mercado es un paso obligado. Y con una picadita de quesos con brie, gruyere y morbier, forma el ABC para el no iniciado.

Ikella Merlot 2008 ($35)
bodega Melipal es un caso curioso. Ganó fama con su Malbec, pero en un medio donde todas las bodegas tienen uno bueno, pronto se diferenció con este Merlot, que la consagró como bodega. Ikella es accesible y representa una nueva cara para el varietal: un tinto que combina a la perfección el estilo cargado de tintas de la moda actual, con una solapada ligereza que lo hace veloz y consistente al paladar. Resulta ideal para acompañar una carne al horno bien adobada.


Andeluna Merlot 2007 ($47)
El Valle de Uco es una de las zonas que está dando que hablar en nuestro medio para el Merlot. En su parte alta, hacia los 1200 metros, con un manejo algo protectivo se consigue que las uvas maduren bien y conserven el perfume frutal del cassis, combinadas con notas especiadas. Este es el caso de Andeluna, que se hizo famoso entre los entendidos justamente por su logrado perfil intenso y refinado a la vez. Si querés conocer cómo es el costado potente del varietal, buscalo.

Humberto Canale Estate 2008 ($55)
La bodega rionegrina es, de las nacionales, la que tiene un currículum de éxito más largo en materia de Merlot. Desde la década del 80 Marcus es uno de los grandes vinos de la góndola cotidiana. El secreto son sus viejos viñedos en el Alto Valle del Río Negro, una zona fría que da algunos de los mejores ejemplares del país. Pero desde 2008 tiene un serio competidor dentro de la bodega: Canale Estate, más arriba en precio, es un tinto rico y perfumado, con ligeros trazos de roble que le dan relieve. Te va a gustar por su frescura y paso resuelto.

Giménez Riili Perpetuum 2007 ($72)
Esta bodega está ubicada en el Valle de Uco y acaba de inaugurar sus nuevas instalaciones. Pero las uvas están ahí desde hace unos 60 años. Por eso este Merlot es equilibrado y diáfano, con una nota frutal y vainillosa en la nariz, que te va a invitar la primera copa. De la segunda no nos hacemos responsables: ya que su tacto de seda es envolvente y acelera el paso por tu boca. Si buscás un vino poco conocido con el que lucirte, acá tenés un ejemplar perfecto.

Catalpa Merlot 2007 ($80)
Bodega Atamisque, ubicada también en Alto Valle de Uco, tiene dos grandes virtudes: una es estética, ya que su arquitectura Alpina, con techo de lajas, deja sin aliento al visitante; y la otra es este gran Merlot. De una finesa difícil de conseguir, el vino se presenta delicado, con perfume de frutas bien evidente, y algunos detalles especiados; en boca es elegante y sensual, con una acidez ricamente marcada que le da vida y larga persistencia.

Verum Reserva 2007 ($85)
Una nueva bodega, del Río Elorza, elabora uno de los Merlots patagónicos más sabrosos. En su elaboración participan el consejo experto de Alberto Antonini, el enólogo consultor italiano más renombrado, por lo que este Merlot tiene clara voluntad cosmopolita. Pero el frío del Valle, sus suelos medianamente pesados y la buena irrigación, hacen que su secreto esté en el equilibrio: no le sobra ni le falta nada. Lo suyo es el balance y la rica persistencia en el paladar. Es uno de esos raros vinos cuya botella se termina siempre antes de lo previsto.

Finca La Anita 2009 ($187)
La bodega de Manuel Mas fue siempre reconocida por su Merlot. Y no es para menos. Se trata de un vino fragante, que no destaca por su intensidad, pero sí por su rica nariz frutal, en la que el cassis y el membrillo son notas dominantes. Al paladar, el vino es cordial como una buena conversación de amigos, y se bebe sin prisas ni pausas. En eso, la uvas de Agrelo, Luján de Cuyo, le aportan la cuota de taninos finos y paso jugoso. Rico. Es un vino ideal para acompañar un risotto de hongos.

Mainqué Merlot 2007 ($210)
Es una de las figuritas difíciles de este listado. Sucede que bodega Chacra, ubicada en Mainqué, Río Negro, todo lo elabora y vende a cuentagotas y su Merlot no es una excepción. Concentrado, pero a la vez elegante, con un paso fluido y jugoso por la boca. Es el tipo de vino que, si uno fuera adinerado, adoptaría como vino mascota y descorcharía cada vez que hubiera alguien para homenajear. Así de sencillo.

Weinert Estrella 1999 ($300)
Único en su especie, este Merlot representa la cumbre de una bodega que dedicó su trayectoria a elaborarlos: ningún bebedor podría decir que los Merlots de Weinert se parecen al resto, son vinos clásicos en toda factura, con una frutalidad contenida, ya que se reconocen por sus aromas y sabores más evolucionados. Y entre ellos, el Estrella es el ejemplar más perfecto. Sus uvas provienen de un viejo viñedo en Ugarteche, Luján de Cuyo, y el vino fue criado en viejos toneles. De ahí su singularidad. El vino es el primer estrella elaborado por el enólogo suizo Hubert Weber que, de paso, hace un Merlot de autor delicioso: lo vas a conseguir como HB 2006.

EL MERLOT VIVE

Después de que su popularidad cayera en picada, esta uva con larga tradición vuelve, lentamente, a unirse al bando de los buenos.


En el mercado del vino hay variedades que tienen ganado el cielo. Junto con el Cabernet Sauvignon y el Pinot Noir, en uvas tintas, el Merlot cierra la trilogía de las cepas francesas celestiales. Pero ¿cuándo fue la última vez que probaste un Merlot?

Si sos un consumidor entendido, no puede haber pasado mucho tiempo, porque ningún bebedor se priva de elegirlos cada tanto. Pero si estás entre los consumidores allegados, del tipo “bebo vino cada tanto”, probablemente hace más de seis años que no pedís uno.

La fecha no es caprichosa. En 2004 se estrenó una película que fue sensación. Aquí se la conoció como Entre Copas, aunque su título original era Sideways: una taquillera road movie en la que el vino era un leit motiv que salpimentaba el celuloide. Aunque parezca mentira, para el Merlot la película fue como una estocada aguda en un momento de debilidad.

La historia es así: durante la década de 1990 el Merlot fue un fenómeno de consumo en Estados Unidos, tal como lo definió la revista Wine Spectator hacia 1998. En su apogeo, cualquier cosa que dijera Merlot se vendía sin inconveniente al gran público. Y en “cualquier cosa”, entraban vinos buenos y malos.

Unos años más tarde se estrenó la película. En ella, dos amigos emprendían una escapada a los viñedos de Santa Barbara. Uno se llamaba Miles y era fanático del Pinot Noir. Como buen entendido, por aquella época Miles aborrecía todo lo que fuera Merlot, por la sencilla razón de que el mercado estaba saturado de vinos mediocres.

Pero, al parecer, el gran público se identificó con Miles y creyó que Merlot era una mala palabra. En los años que siguieron al éxito notable de Sideways, los bodegueros de California señalaron a la película como la zancadilla que hizo tropezar su negocio. Pero estaban equivocados: habían sido sus propios vinos azarosos y mal hechos lo que provocó su caída. La película, en todo caso colaboró.

Esas expectativas a la baja cruzaron las fronteras y llegaron a otros mercados. Salvo Francia, que no lo produce como varietal pero lo emplea para la mayoría de sus vinos más famosos, nadie en su sano juicio podía declararlo en las etiquetas si quería vender. Y así empezó una espiral de silencio: se seguía bebiendo, pero no era glamoroso afirmarlo.

El Merlot vive

Pero ni el Merlot se esfumó de la faz de la tierra ni se dejó de consumir, ya que sus buenos vinos encuentran un consumidor que le es fiel. Y en nuestro país es una uva que goza de buena salud, con un consumo que viene lentamente en aumento. Según las mediciones publicadas por el Fondo Vitivinícola, desde 2004 casi ha duplicado su producción en volumen –de 1,2 a 2,2% del mercado- y ocupa un honroso cuarto lugar en el mercado varietal tinto, después del Malbec, Cabernet Sauvignon y Syrah.

Estos números vienen a refrendar una realidad hoy en la senda del Merlot. Si lleva siglos dando el alma a los más afamados vinos del mundo, como Chateau Pétrus, Le Pin, Lafite Rothschild o Latour, lo seguirá haciendo en las décadas venideras. El problema es que para hacer un Merlot sensual hace falta una exquisita combinación de factores: a) buenos suelos, algo pesados en algunos casos, b) un clima relativamente frío, y c) una sensibilidad enológica que reclama más sutilezas que un Malbec o un Bonarda.

Sacarle al Merlot sus diáfanos aromas de fruta roja precisa de buena mano. Lograr que conserve su acidez y su frescura, y que a la vez consiga estructura, cuerpo suelto y sabroso, no es tarea sencilla. De ahí que dar con un Merlot fuera de serie no siempre resulte fácil.

VARIETALES ORGANICOS, UNA NUEVA OPCION PARA EL MERCADO

Al igual que la de los alimentos, la industria del vino ecológico crece en nuestro país.


Al calor del crecimiento de la comida orgánica, en nuestro país comenzó a desarrollarse el mercado de los vinos orgánicos, que ya no solo se los ve en los comercios de productos naturales, sino en restaurantes, supermercados y demás.

¿Qué tienen de especiales estos vinos? Desde la empresa Videcol, encargados desde el año 2000 de desarrollar el proyecto “Bodegas Videcol”, aseguran que la principal característica de un vino orgánico es que desde la producción de la uva, hasta la elaboración del vino, todo el proceso está basado en un “conjunto de técnicas que no permiten la utilización de productos provenientes de la industria química”. Para lograr el crecimiento de los viñedos, no se utilizan fertilizantes químicos sino naturales. Allí, es común ver distintos cultivos que tienden a atraer buenos insectos y a repeler los malos, o también casitas de madera entre las plantaciones, para que allí habiten los pájaros que se alimentan de los malos insectos. Estos métodos reemplazan a los fertilizantes químicos, en la búsqueda de un producto 100% natural.

La presencia de vinos orgánicos en nuestro país se extiende a Mendoza, San Juan, Catamarca, Salta, Neuquén y Río Negro. Como ocurre con los vinos tradicionales, la mayor parte de la producción local es exportada a países donde lo orgánico pasó de la moda a la cotidianeidad. Así, un estudio realizado por el Senasa determinó que las últimas exportaciones de vinos orgánicos hacía Europa fue de 3,5 millones de litros.

Como todo producto orgánico, el consumo de vinos naturales tiene sus pro y sus contras. Así lo explica Jerónimo Tellarini, miembro de la Asociación Argentina de Sommeliers (AAS). “Podemos hablar quizás de una mayor expresión del terroir (terreno) ya que al no agregar agentes químicos sus diferentes componentes representarían mejor las características del mismo”, concluye. Sin embargo, Tellarini aclara que “orgánico no es sinónimo de calidad o buen gusto: la calidad depende de su elaboración y en cuanto al gusto es estrictamente personal”.

Claro que no cualquiera puede llegar a producir vinos orgánicos. Si bien el proceso de elaboración es muy similar al de los tradicionales, existen algunas pautas que deben cumplirse a rajatabla para lograr obtener la preciada denominación de “orgánicos”. Desde la producción de las uvas hasta el proceso de vinificación debe existir una certificación de organismos que garanticen la trazabilidad y la condición de orgánicos de los vinos. Y aquí otra de las trabas con la que se encuentran los productores a la hora de intentar ampliar el mercado para el cual producen. Las implementaciones requeridas conllevan necesariamente mayores costos que terminan traduciéndose en el precio. Esto provoca que aquellos que no son seguidores de “lo natural” terminen eligiendo la propuesta tradicional.

Según Tellarini los precios de los vinos orgánicos son amplios, como los de los tradicionales. “Existen muchas opciones en el orden de los $50, pero también hay algunas etiquetas más sofisticadas con un valor más alto”, informa.

A pesar de esto, la tendencia indica que la gente elige cada vez más consumir estos vinos, en busca de una nueva experiencia sensorial y, porqué no, mostrar un pequeño compromiso con el medio ambiente.

Si bien no son mayoría las bodegas que se dedican a producirlos, por su reciente expansión muchas decidieron lanzar al menos una etiqueta orgánica para adaptarse a las exigencias del mercado. A los pequeños locales que apuntan a la especialización y se dedican a la venta exclusiva de productos naturales, se le suman más restaurantes que incluyen en sus cartas de vinos productos 100% naturales.

La tendencia mundial es hacia alimentos más sanos. En nuestro país, donde muchas veces los movimientos se dan con algunos años de atraso, se están empezando a ver signos de avance en este rubro. Será cuestión de asumir las ventajas comparativas que poseen nuestros campos, precisamente en un “idem” que se encuentra en un claro crecimiento.

miércoles, 6 de julio de 2011

LANZAN UN VINO EN HOMENAJE A JUAN MANUEL FANGIO

Se trata de una edición limitada de la bodega Conquest Winery, pensada para conmemorar el centenario del nacimiento del gran corredor argentino.


A 100 años del nacimiento de Juan Manuel Fangio, Conquest Winery presentó Fangio Legend, una edición limitada para homenajear al maestro de la Fórmula 1 con lo mejor de sus vinos.

A su línea "Veleros" compuesta por Mayflower y Barlovento, Conquest Winery sumó la línea especial Fangio (Malbec y Torrontés).

Hoy el portfolio de la bodega se completa con Fangio Legend, edición limitada de un corte 83% Malbec y 17% Cabernet Franc, que salió al mercado el 24 de Junio, día en que se conmemora el centenario del nacimiento del gran corredor argentino.

Amantes de la navegación, pilotos y constructores de barcos, Luis Perales y sus hijos Diego y Ana, fundaron Conquest Winery.

En esta ocasión la idea fue homenajear a Fangio con el blend "Legend", no sólo por la admiración que "El Chueco" despierta en todas las generaciones de argentinos sino, y sobre todo, por una larga y profunda amistad que une a Diego con descendientes de Juan Manuel Fangio.

Así resumen los propietarios de Conquest esta iniciativa: "Es un homenaje a nuestro capitán en tierra, y a los valores de audacia, coraje y superación que él encarnó y que son también nuestro modo de entender la vida".



Nota de cata

Vino de color rojo rubí con destellos violáceos, mostrándose brillante y audaz. En nariz aparecen las notas complejas representativas del Cabernet Franc y Malbec, donde emergen sus primeros aromas frutales además de sutiles fragancias aportadas por la madera. Transcurridos unos minutos en copa, van fusionando la menta, las especias, el pimiento dejando un dejo de grafito hacia el final.

En boca, presenta una entrada dulce, que invita a seguir degustando su cuerpo firme con taninos marcados pero a su vez redondos y elegantes. El Cabernet Franc marca su personalidad en un final medio con un retrogusto afianzado y complejo.

La calidad de los vinos argentinos en Les Citadelles du Vin

7 vinos argentinos fueron premiados en el concurso internacional: cinco de Finca Las Moras y dos de Finca Flichman. Los resultados se anunciaron durante la Vinexpo.


Del 19 al 23 de junio, se llevó a cabo en Bordeaux, Francia, la edición número 16 de Vinexpo, una de las ferias de vinos más importantes de Europa. Dentro de ella, se realizó la entrega de premios del concurso internacional de vinos "Les Citadelles du Vin", realizado los días 27, 28 y 29 de mayo pasado en Bourg, Francia.

Merecedores del máximo reconocimiento, el Trophée Citadelles, resultaron los argentinos Las Moras Black Label Bonarda 2009, Las Moras Black Label Malbec 2009, Finca Pedernal Malbec 2007 y Mora Negra 2008, todos ellos de Finca Las Moras. También de la misma bodega, Las Moras Gran Shiraz 3 Valleys 2008, ganó Trophée Excellence.

Por su parte, Finca Flichman obtuvo dos Trophée Prestige con sus vinos Finca Flichman Dedicado 2008 y Finca Flichman Paisaje de Tupungato 2008.

Estos logros no son menores, considerando que los degustadores de Les Citadeles du Vin son, en su mayoría, expertos enólogos de alto nivel aprobados por la O.I.V. Además, todos los Trophée Citadelles fueron degustados durante Vinexpo en el stand correspondiente al concurso.



Proceso riguroso de evaluación de muestras

Las muestras en la competencia son anónimas y se clasifican por categoría. En la rigurosa degustación a ciegas, cada muestra se califica según estrictos y precisos criterios: tipo aromático, potencia, limpidez, evolución.

Los vinos premiados son aquellos que obtienen la nota más alta en una escala de 1 a 100.



Lo que dejó Vinexpo 2011

Entre el 19 y el 23 de junio, el predio ferial Parc des Expositions de Bordeaux, alojó a 2400 expositores de 45 países, entre los que estuvo Argentina. Se estima que asistieron cerca de 50 mil compradores.

Registrando una presencia récord, más de 50 bodegas de distintas provincias del país se hicieron presentes con 1.500 etiquetas de distintas marcas y varietales.

José Manuel Ortega, Chairman D. O. Fournier Group aseguró que "Vinexpo sigue siendo una feria extremadamente importante aunque en esta ocasión se ha comprobado una presencia más limitada de clientes. Mi sensación es que otras ferias como Prowein o London Wine están aprovechando los defectos de Vinexpo para hacerse más atractivos. Muchos compradores han decidido no venir porque habían estado en las otras ferias. De cualquier, forma la presencia de compradores en el stand argentino ha sido muy importante".

Cabe destacar que los representantes de Cahors (Francia), posicionaron sus stands al lado de Argentina. "Esto demuestra la potencia del Malbec argentino en el mundo del vino pues hasta los productores franceses, donde la variedad se originó, intentan asociarse al éxito argentino".

En las afueras de Vinexpo 2011, O. Fournier estacionó su ya clásico motorhome. "Es un punto de encuentro para los amigos de la bodega después del cierre de la feria" explicó Ortega.

En el vehículo se sirvió cerveza fría, jamón ibérico y queso francés. "El objetivo se ha cumplido con creces por la cantidad y calidad de las personas que han parado por el motorhome. Hasta hemos cerrado dos negocios mientras comíamos y bebíamos en nuestro vehículo. O. Fournier siempre intenta usar la imaginación para innovar con un mínimo esfuerzo inversor" concluyó el profesional.

Acoplándose a la masiva presencia argentina en Vinexpo, Wines of Argentina presentó su nueva marca. Lis Clément, responsable de Marketing y Comunicación de la institución comentó: "la reacción ha sido muy positiva, los proveedores de diferentes partes del mundo nos están felicitando. En Argentina hay debates y diversas opiniones que lógicamente nos permiten crecer. Todas las críticas son constructivas, hemos recibido valoraciones tanto a favor como en contra, lo cual es esperable siendo que hicimos un cambio rotundo".

Fuente: Área del Vino