domingo, 15 de mayo de 2011

EL REY QUIERE OCUPAR SU TRONO EN ARGENTINA

El Cabernet Sauvignon, oriundo de Francia, se difundió masivamente en todos los países del Nuevo Mundo, adaptándose a una gran diversidad de terruños. Hoy se está imponiendo en Argentina, después del Malbec.

Desde 1851, desde la Quinta Agronómica de Mendoza dirigida por el famoso Michel Pouget, en Argentina, el Cabernet Sauvignon vive a la par del Malbec y de otras variedades francesas. Se plantó masivamente y durante muchas décadas fue considerado vino fino. Incluso, quince años atrás en Argentina, vino tinto varietal fino era más sinónimo de Cabernet que deMalbec.

Desde hace una década, el Malbec se impuso como la variedad emblemática y de excelencia en la Argentina. Aquí, los formadores de opinión extranjeros como Robert Parker o los ingleses de Decanter tuvieron un gran protagonismo.

Hoy, el Malbec está bien instalado en el mercado local y en varios mercados extranjeros pero apenas representa el 15% de la superficie plantada en el país. Su crecimiento frenético de la última década se orienta de forma muy natural y todavía exitosa a un crecimiento más moderado para el futuro. La industria vitivinícola más que nunca, inicia una forma de introspección para evaluar qué otros varietales tintos pueden ilustrar a futuro la calidad sobresaliente de los terruños argentinos y su saber hacer vitivinícola.

Muchos, dentro de los cuales me incluyo, piensan que el Cabernet Sauvignon es el primero de la lista de variedades tintas con gran potencial comercial. Es el primer vagón tinto que podríamos anclar detrás de la locomotora que sigue siendo el Malbec. Los argumentos son tanto cualitativos como volumétricos. Tal es así que en superficies plantadas, detrás del Malbec con sus imperantes 29.000 hectáreas, el Cabernet Sauvignon es la tercera variedad tinta con 18.000 hectáreas plantadas, justo detrás de la Bonarda.

El Cabernet tiene a su vez una característica muy singular, ya que es la única extensión importante en el mundo sin influencia del mar sobre el terruño. Cultivado a la altura y latitud adecuada, encuentra temperaturas promedio y amplitudes térmicas ideales para desarrollar todos sus atributos varietales con un perfil aromático más sobre la fruta negra, el cassis, la mora, la cereza negra, con especies dulces, taninos envueltos y significantes, menos pimientos verdes (la Pyrazina) y dureza. Otro atributo de esta variedad es la calidad que puede lograse gracias al largo período vegetativo que le permite madurar por completo año tras año. A su vez, el Cabernet Sauvignon muestra una impresionante capacidad de guarda en botella, lo que permite producir vinos icono que pueden prestigiar toda la categoría argentina.

Como el Malbec fue algo nuevo en el panorama vitivinícola mundial, el Cabernet Sauvignon continental argentino y en particular mendocino, podría serlo también. De ahí en adelante, la receta es siempre la misma: calidad, calidad, calidad!

Fuente Area del Vino

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