La imagen juega un papel muy importante en la venta de un producto. Vestir una botella de vino se presenta como una necesidad para introducirse en un mercado tan competitivo como el nuestro.
Cuando nos decidimos a comprar un vino, va a ser su envoltorio/etiqueta el primero que nos va a aportar la información que necesitamos y va a ser la responsable de que demos el primer paso para acercarnos a él.
Hoy, el vino se encuentra en camino del consumo y los factores que van a influir en su adquisición van a estar determinados por su vestimenta: la etiqueta, el packaging, la botella, etc.)
Estilo Tradicional:
Generalmente una etiqueta tradicional, con motivos a plumilla de viñedos o el frente de la bodega, nos van a dar la pista para descubrir un vino de corte clásico y de una buena calidad.
Estilo Vanguardista:
Algunas bodegas apuestan por etiquetas más innovadoras y vanguardistas. Estas suelen ser empresas con la intención de captar un publico mas joven y arriesgado que apuesta por las novedades. Podemos encontrar etiquetas triangulares u otras formas, realizadas a mano o botellas de colores y diseños diferentes. Son en definitiva otro modo de ver el diseño del vino.
Estilo Tipográfico:
Un estilo muy de moda es el de las etiquetas donde la tipografía, ose a las letras es la autentica protagonista del diseño. Conseguir una buena armonía en la combinación de tipos de letras el resultado suele ser muy sugerente.
La correcta aplicación de tipo de letras para confeccionar una etiqueta requiere mucho conocimiento y experiencia. Desde la correcta jerarquización de los tamaños de letras por su importancia, combinados entre pasados y livianos y la aplicación del color también es un factor de enorme importancia formal.
Estilo Artístico:
Es aquel que por su manera de realizar una etiqueta de altura, apuestan a pintores modernos para que realicen obras exclusivas para vestir las botellas. Varios artistas reconocidos mundialmente han ilustrado etiquetas para numerosas bodegas.
Para finalizar muchas bodegas están dando a su imagen la importancia que merecen apostando a diseños lo suficientemente atractivos para introducirse en el mercado de una manera valiente y diferente. En definitiva hablamos de vender, de seducir al consumidor neofilo para que realice la primera compra de una de nuestra botella. Si además hemos cuidado el proceso de elaboración, si le ofrecemos un producto de calidad, tendremos un cliente fiel por mucho tiempo.
Una etiqueta con un nombre sonoro y fácil de recordar, con un diseño que aplique clara y rotundamente que contiene esa botella, será una etiqueta vendedora. El vino hará el resto.
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